Hacer dieta………..
El término dieta tiene múltiples acepciones, según la RAE uno de sus significados es «conjunto de sustancias que regularmente se ingieren como alimento», pero otra de las acepciones es: «privación completa de comer».
Realmente, cuando pensamos en dieta, pensamos más bien en la segunda acepción, bueno, de acuerdo, no quiero ser exagerada, pero la realidad es que cuando comenzamos una dieta, lo que hacemos es empezar a «restringir» las cosas que podemos comer. Empezar esa situación de restricción ya nos pone de antemano a la defensiva.
Y lo más grave de esta situación es que nos pongamos a hacer alguna de los cientos, no sé si miles de dietas milagro, dietas disparatadas que aparecen como las setas en otoño, a cada cual más absurda, muchas de ellas aparentemente muy bien «documentadas» pero que no tienen ningún fundamento.
¿Sabes por qué no funcionan?
Pues porque la vamos a tomar con la temporalidad que va implícita en el concepto, esto es, me pongo una fecha de comienzo en el calendario, si, normalmente es un lunes; y la termino cuando haya cumplido mi objetivo de peso, en ese momento, sin más, nos reconvertimos de nuevo en la persona que éramos antes de esa dieta. Nos ha costado un sacrificio inmenso llegar hasta aquí, y, de momento, vamos a controlar lo que comemos, porque no vamos a tirar todo por la borda a la primera de cambio, pero esto se nos olvida a los pocos días y ya comenzamos a darnos algún «caprichito», y en unas semanas ya el «caprichito» suele ser algo habitual.
Y volvemos a los hábitos anteriores, que básicamente se fundamentan en comer alimentos ultraprocesados, cargados de azúcares y grasas de mala calidad. Los tomamos a todas horas, en el desayuno, en la comida, en la cena porque vamos con prisa…….. y claro, en cualquier momento por aquello de que a nadie le amarga un dulce. Nuestro paladar está demasiado habituado a estos sabores y es muy dificil desengancharse.
Lo que has hecho hasta ahora no te ha servido para aprender nada
Pero además de esto, que es un punto importante, las dietas no funcionan porque en ese periodo de restricción no has aprendido absolutamente nada, te has dedicado a pasar hambre en algunos casos, a retirar algunos alimentos, a tomar algún suplemento, a hacerlo todo a la plancha, insípido y a veces hasta incomible, a comprarte todos los productos con etiqueta 0% y «Light» que te encuentras en el súper. Y sí, probablemente habrás perdido peso y unas cuantas tallas, pero ¿sabes qué? tu cuerpo habrá perdido algo de grasa, sí, pero en muchos casos habrás perdido también masa muscular porque, si eras una persona sedentaria y por supuesto, lo has seguido siendo durante tu dieta, también habrás perdido algo de músculo y, desgraciadamente, eso quizás no lo recuperes mientras que la grasa la recuperarás a la primera oportunidad, porque las células grasas no se han ido, continúan ahí, a la espera de ser «rellenadas». Y poco a poco vas llenando esos depósitos, pero…. malas noticias, has perdido masa muscular, esa masa muscular es la que hace que «utilices» la energía que vas a consumir con los alimentos, pero como tienes menos que antes, gastas menos y eso quiere decir que el «exceso» de lo que comas se va a almacenar en forma de grasa.
¿sabes que esto es el efecto «rebote»?
¿A que te suena? ¿verdad que te ha sucedido ya alguna vez?
No te quedará más remedio que, al cabo del tiempo, volver a «ponerte a dieta», y vuelta a empezar con el mismo proceso, si no lo acompañas de ejercicio, desgraciadamente, volverá a ocurrirte lo mismo, de manera que te encontrarás un día con que a poco que comas ya no adelgazas y ya lo de perder peso se convierte en misión imposible.
¿No crees que es mejor hacer las cosas bien?